Uno de los inconvenientes a la hora de plantearnos adónde vamos a ir de vacaciones es decidir por qué tipo de viaje nos vamos a decantar de toda la oferta disponible. ¿Preferimos relajarnos en contacto con la naturaleza en una casa rural de Albacete o Alcalá del Júcar? ¿Practicar alguna actividad a aire libre como el barranquismo o el rafting en algún pueblo de Andalucía? ¿Somos más de visitar bodegas de Jerez como todo buen enoturista? ¿Nos decantamos más por el turismo gastronómico y queremos degustar los menús de la ruta de restaurantes de Moraira? O quizá nos decantamos por unas vacaciones urbanas en Barcelona, disfrutando de las compras, la oferta cultural y un buen masaje tailandés en un spa de lo más relajante. O por el contrario deseamos torrarnos al sol en una de las mejores playas de la isla de Ibiza.
Con tanta oferta de ocio apetecible es normal que nos fastidie elegir una de estas opciones y renunciar a todas las demás.
Por eso merece la pena que planifiquemos un viaje en el que podamos reunir la mayor variedad de ocio posible, un destino de turismo integral que nos ofrezca el mayor número de posibilidades para que lo tengamos todo a nuestra disposición.
Si nos fijamos en los destinos dentro de España, son muchas las provincias que nos ofrecen variedad de posibilidades vacacionales.
Nuestra península está rodeada de costa, siendo además un territorio montañoso. Y no digamos ya las islas. La variedad entre playa y montaña está asegurada. Si nos decidimos además por un destino rural que tenga una gran urbe cerca, dispondremos además de los servicios propios de las grandes ciudades, como spas, centros comerciales, museos…
Dependiendo de nuestra mayor preferencia (la naturaleza, los deportes de aventura, la gastronomía, el vino o las compras) podemos fijar los destinos más sugerentes para aquello que deseamos y después estudiar con qué otras modalidades de ocio cuentan los destinos escogido, decantándonos finalmente por el que nos ofrezca mayor variedad en menos espacio.