De ruta rural por Valencia de Alcántara, corazón de Cáceres

¡Qué ganas teníamos de viajar! Han sido dos años y medio de mascarillas y de restricciones covid que no nos han permitido movernos como a nosotros nos gusta. Pero ahora es el momento de volver a la normalidad, y lo hacemos de la mejor manera que sabemos: viajando. Y en este caso con una ruta por el corazón de la Cáceres rural que os va a encantar. Y os lo digo por experiencia propia. Es mi última aventura que he tenido en familia. Así que toma nota, mira un calendario y elige cuál es la fecha más adecuada para realizar esta escapada.

En primer lugar nos vamos a situar, nuestro viaje de hoy será por Valencia de Alcántara, como te decíamos en el corazón de Cáceres. Comprende la villa del mismo nombre y varias pedanías como Alcorneo, El Pino o Las Huertas de Cansa. Con 5.532 habitantes, es la capital del partido judicial de Valencia de Alcántara y de la Mancomunidad Sierra de San Pedro. Está situada en el extremo más occidental. Su núcleo urbano principal dista 14 kilómetros de la frontera con Portugal, 92 de Cáceres por la carretera nacional N-521, 10 de San Vicente de Alcántara por la EX-110 y 80 de Badajoz por la misma carretera.

La mayor parte del territorio municipal está drenado por la red fluvial del Tajo, presidida por el Sever (nace en la sierra de San Mamede), así que ya te puedes imaginar la belleza del paisaje. Y ahora que ya sabemos dónde nos encontramos es el momento de calzarnos con algo cómodo y comenzar con nuestra ruta. Y es que aquí son famosos sus Dólmenes.

El conjunto de dólmenes es una zona arqueológica del municipio y que cuenta con la consideración de Bien de Interés Cultural. Un dolmen es una construcción megalítica y se consideraba monumento destinado a los enterramientos. Se estima que la fecha de su construcción varía entre el Neolítico y el Calcolítico. Y miles de años después siguen entre nosotros. Los dólmenes podían ser utilizados para sepelios individuales o colectivos, pero en todos ellos los difuntos eran enterrados junto a su ajuar. Un detalle que ha permitido conocer algo más sobre las costumbres de estas sociedades a través de la forma en la que se despedían de sus seres queridos. Sin duda es una ruta que nos ha encantado porque la hicimos en familia y hay muchas historias que contar.

Dónde dormir

Y por el alojamiento no te preocupes porque toda esta zona está preparada muy bien. En nuestro caso estuvimos en el alojamiento El Jiniebro, que lo recomendamos 100%. Son seis casitas rurales que cuentan con piscina, recepción, salón-comedor y amplias zonas de jardín con árboles autóctonos, hierbas aromáticas y frutales. Todas las casas equipadas con chimeneas, aire, calefacción central, ropa de cama, toallas, menaje, aparcamiento en Finca cerrada. En definitiva, toda una gozada. Si quieres desconectar en el mejor sitio, pero si quieres teletrabajar, también lo puedes hacer porque cuenta con cobertura de sobra. La verdad es que todavía recuerdo los paseos que nos dimos por las 12 hectáreas de la finca que tiene vistas maravillosas.

Qué comer

Y como sabes, a nosotros antes de despedirnos nos gusta recomendar qué comer. Y es que estos viajes nos gustan porque se puede degustar lo típico de cada zona. Al final, los paisajes se quedan en la retina, pero la mejor forma de recordar los lugares es por su sabor y su olor. En este caso, en la zona de Valencia de Alcántara vamos a poder comer muy bien y variado.

Su plato más típico es el que se llama Migas con adimentos, no te puedes ir sin comerlo. Pero también dependiendo de la época puedes degustar gazpacho, Chanfaina, Frite, Fritos borrachos, Papas temblonas,  Manteca de cerdo, Roscas fritas y fritos de bodas. En mi caso también recomiendo la famosa Tortas de chicharrones, que seguro que os sorprende mucho. Además puedes comer manteca de cerdo, y una gran variedad de Quesos : de oveja, cabra y mezcla de vaca, Cocido, Buche, Bollos de Pascua, Sesá, Aguao.

En los tres días que estuvimos en Valencia de Alcántara nos dio tiempo a desconectar, hacer ejercicio, respirar aire puro, divertinos, darnos un chapuzón en la piscina y a comer de lo lindo. La verdad es que es una de las escapadas rurales que más me ha gustado de los últimos tiempos. Un lugar en el corazón de Cáceres que aún está por descubrir. No te lo puedes perder.

 

Comparte este artículo:

Scroll al inicio