Camperizar está de moda. Convertir una furgoneta en un intento de vivienda portátil es lo más in dentro del mundo del caravaning. Si hasta hace poco, las caravanas eran el sumun de la independencia turística por los beneficios que conlleva tener una casa con ruedas, el caravaning ha llegado pisando fuerte y con los arrestos necesarios para quedarse.
Expertos en camperización como Itacamper, se encargan en camperizar furgonetas a demanda y bajo las necesidades particulares de cada cliente. Si tenemos en cuenta este detalle, podemos comprobar con facilidad como las furgonetas camperizadas son cada vez más demandadas. Algo que no es de extrañar, debido a la versatilidad con la que cuentan este tipo de vehículos y que, desde la pandemia, nuestros hábitos, gustos y preferencias, han cambiado. Ahora ya no perseguimos el lujo de un hotel anhelamos la libertad del campo y, para acampar, nada mejor que una furgoneta camperizada.
La constante búsqueda de la libertad y viajar en modo caracol, está animando a una gran cantidad de conductores aventureros a llevar a cabo por sí mismos, la transformación de sus furgonetas. Sin embargo, aunque pueda parecer un proceso sencillo, la realidad nos dice que es algo más complicado de lo que podemos imaginar. Para que el proceso de cambio se realice de la forma más acertada posible hay que tener en cuenta una serie de factores de bastante importancia. Uno de los más relevantes y el que va a determinar en gran medida, la satisfacción del resultado, es el coste. En función del presupuesto y los costes que uno se pueda permitir, obtendrás una furgoneta camperizada más o menos a tu gusto.
En tanto que las autocaravanas han sido desde hace décadas, la solución definitiva para poder viajar sin límites ni ataduras, ofreciendo la comodidad de llevar la casa a cuestas, no dejan de ser caras, por lo que muchos conductores, optaron y optan por transformar sus furgonetas y convertirlas en caravanas de diseño propio ya artesanal. Vamos, más bien sencillas y apañaditas que otra cosa, para poder ahorrarse un dinerillo e invertirlo en sus viajes.
Personaliza tu furgoneta
Ya hemos comentado que lo más importante de todo este proceso, es el presupuesto disponible. La transformación de una furgoneta cuenta con opciones de personalización prácticamente infinitas, por lo que el límite lo pone el presupuesto destinado a tal fin. De tal manera que, existen dos formas de camperizar la furgoneta, a parte de la evidente: comprarla camperizada.
La primera de las opciones es acudir a uno de los expertos en camperización como los que ya hemos mencionado. En este caso, preparadores y talleres especializados en estas cuestiones, aconsejan al cliente respecto de todas las opciones y posibilidades a las que puede optar. Se trata de una solución cómoda y rápida, pero no económica.
El segundo de los supuestos, es el que permite una transformación mucho más personal que además, permite ahorrar dinero: hacerlo por uno mismo o misma. En contra, el factor tiempo que puede hacer que la aventura de camperizar se prolongue en el mismo, más allá de lo esperado. Esto va ligado a los elementos que se quiera incorporar a la furgoneta y en que medida se quiere uno complicar la existencia, sobre todo cuando no se tienen muchos conocimientos al respecto.
Antes de lanzarse de lleno a la aventura, lo primero que se necesita es la furgoneta. Esto supone el mayor coste, por lo que conviene revisar el mercado y tal vez echar un vistazo a las furgonetas más baratas o de segundamano. Aunque es posible que ya se tenga la furgoneta y lo de camperizar sea algo premeditado de antemano o que ha surgido de repente. En cualquier caso, una vez se tiene la furgoneta, los gastos se repartirán de la siguiente manera:
- Un tratamiento de óxido. Si se trata de una furgoneta de segunda mano, hay que comprobar el estado y la antigüedad del vehículo, pues el óxido es uno de los problemas más habituales de las furgonetas debido al uso que se le suele dar. Eliminar el óxido, suele conllevar más tiempo y esfuerzo que dinero, pues los materiales oscilan entre los veinte y cincuenta euros, en tanto que la dedicación puede durar días.
- Pintura para interior y exterior. Si hablamos de una furgoneta de segunda mano, es conveniente darle una pintada renovadora para mejorar el aspecto exterior. También es conveniente decorar el interior panelado con las pinturas específicas para ese uso. No hay límite ni condición para este aspecto, aunque el gasto medio puede variar mucho: de doscientos a ochocientos euros.
- El aislamiento es otro de los aspectos que hay que contemplar. Una vez el óxido es fruto del olvido, hay que invertir en un buen aislamiento. Este punto es esencial para proteger del frío y del calor. El mercado ofrece muchas e interesantes opciones de material aislante. Para una furgoneta de tamaño medio, serán necesarios unos quince o veinte metros cuadrados de material aislante, cuyo coste aproximado puede ser de doce a quince euros el metro cuadrado.
- El revestimiento y el panelado es lo siguiente que se debe colocar. Siguiendo un proceso de capas y el de sándwich, hay que aplicar un revestimiento que cubra la chapa y el material aislante que ya hemos colocado. Aquí si que encontramos opciones infinitas que van desde las finas láminas de madera a los paneles de PVC. A la hora de cubrir el suelo, lo más adecuado es recurrir a materiales duros y resistentes que sean capaces de soportar el peso y el desgaste. Los costes pueden ser de unos cuatrocientos o quinientos euros.
- Mobiliario para hacer hogar. Los pasos anteriores son obligatorios sí o sí. Con los muebles, podemos hacer nuestra particular obra de arte camperizada. Auqui ya estamos ante la etapa de personalización tan deseada. En cuestión de mobiliario, opciones hay a montones, contando en la actualidad con la posibilidad de adquirir los módulos previamente adaptados. En este aspecto no se puede ofrecer un presupuesto aproximado puesto que las necesidades y gustos de cada uno son muy diferentes. Una opción es crear los muebles de forma artesanal.
Añadidos necesarios pero impersonales
Todo lo anterior, es elegible de algún modo, por lo que se considera como parte de la personalización. Los elementos que vamos a citar a continuación son necesarios para que la furgoneta cuente con todas las comodidades necesarias.
- Instalación de agua. No es obligatoria pero si necesaria y recomendable. A su vez, es necesario contar con un termo para calentar el agua y posibilitar la cucha y el lavado de los platos. También será necesario disponer de un depósito para el agua potable y otro para las aguas residuales. El coste puede variar de los doscientos a los setecientos euros.
- Instalación eléctrica. Esencial para hacer noche y poder cocinar, leer o realizar otra serie de actividades. Se trata de una de las partes más complejas del proceso y su coste va de los setecientos cincuenta a los mil doscientos euros.
- Calefacción y aire acondicionado, para aliviar las noches frías y los días calurosos. En función del sistema elegido y la potencia del mismo, la inversión puede ir de los ciento cincuenta a los novecientos euros.
- Ventanas y claraboyas para que entre luz. Las furgonetas industriales no suelen disponer de ventanas, por lo que habrá que instarlas en el momento de la camperización. El presupuesto va de los cincuenta a los cuatrocientos euros si se quiere disponer de sistemas de ventilación propia.
- Esta parte proporciona mayor libertad y convierte a la furgoneta en el sumun de la camperización. Existen infinidad de opciones desde cocinas de gas, hasta placas eléctricas con diferentes tipos de instalación en función de cada una. En cualquier caso, los precios van de los cien a los trescientos euros.
- Nevera como elemento indispensable para completar la cocina. Una buena instalación eléctrica, hará posible la posibilidad de poner una buena nevera que mantenga en buenas condiciones los alimentos y bebidas. Los costes, desde los setenta euros de las neveras portátiles de baja potencia, hasta los cuatrocientos de las más completas y potentes.
- Un lavabo químico para gozar de privacidad y no depender de instalaciones ajenas. Existen modelos sencillos y adecuados por cien euros y módulos de mayor categoría por quinientos.
- Cama, colchón y asientos. Indispensables para favorecer la comodidad y poder descansar. Sin ellos, la camperización no tiene mucho sentido. Los precios son variables, tanto como el tamaño y la calidad.
- Por último, el paso más decisivo y el último cargo el presupuesto: la homologación. Una vez camperizada la furgoneta, hay que homologarla para poder circular con ella de forma legal y no tener problemas de seguridad. Para ello hay que solicitar un estudio que demuestre que todo lo instalado se ajusta a la normativa. El coste depende de las modificaciones y el tamaño de la furgoneta y puede variar entre los quinientos y los ochocientos euros.
En resumidas cuentas, los costes de la camperización pueden variar notablemente en función de las preferencias. Depende en gran medida de lo que se pretenda por lo que puede ir desde unos ajustados mil euros, hasta los diez mil, según como cada uno se lo monte.