El turismo de actividades cada vez va ganando más terreno al turismo de relax. No se trata de que el turismo de playa, cóctel y descanso no tenga adeptos, porque obviamente los tiene, y muchos, simplemente hay un sector de la población (y no tiene por qué ser necesariamente juvenil) que se ha cansado de no vivir experiencias diferentes y por eso, aunque alquilen un apartamento en la playa, reservan actividades tipo kayak, padle surf o una ruta de senderismo.
De hecho, incluso aquellas parejas que buscan la tranquilidad, tienden a reservar actividades para rellenar su tiempo de ocio durante las vacaciones, aunque no sean excesivamente movidas. Hablamos de vistas guiadas, rutas gastronómicas o enoturismo, por ejemplo. Las visitas a las bodegas y experiencias de catas vino están en la cresta de la ola, al igual que las visitas de catas de cerveza aunque parece que estas últimas tienen menos glamour y se mueven menos entre la sociedad.
El turismo de Resort también parece estar robándole turistas a los hoteles de playa pues se han abaratado mucho los precios y ahora más familias con hijos tienen acceso a pasar sus vacaciones en hoteles de este tipo, en los que no necesitas salir para realizar actividades y los niños están entretenidos todo el día mientras los padres descansan a sus anchas.
Todo esto nos hace preguntarnos hacia donde se encamina ahora mismo el sector. Está claro que el turismo tipo Benidorm sigue vigente pero, ¿para quienes? Las despedidas de soltero/a siguen al pie del cañón en este tipo de localidades, pero la realidad es que el hotel que se abre a pie de playa, o cercano a la misma, lo hace con las miras puestas en un sector de la población, los jubilados, o al menos los que están cercanos a esa jubilación.
Si bien es verdad que por la noche puedes ver gente de todo tipo en la zona de fiesta de Benidorm, la realidad es que son cada vez más los mayores de 50 años los que toman las calles de la localidad, y lo mismo está ocurriendo en otras zonas del levante español como Jávea, Dénia u Oropesa del Mar, aunque esta última sigue más dirigida al turismo familiar gracias a sus instalaciones.
Actividades
Ahora bien, ¿qué tipo de actividades son las que parecen tener más demanda? Pues todo depende del área turística de la que estemos hablando, algo que lógicamente es bastante normal, pero que nos hace dividir todo en varias zonas.
- Turismo cerca del mar: tanto las familias con niños como los grupos de amigos o las parejas jóvenes tienen a contratar diferentes actividades deportivas de agua pero con cierta diferencia, mientras que la gente joven, y las familias con padres que no superan los 35 años aproximadamente y con alguna salvedad, buscan promociones online antes de llegar a su destino. Así, con páginas web tipo Groupon, compran actividades rebajadas tipo experiencias de spa, una hora de kayak, una excursión a caballo e incluso puenting. Por otro lado, familias con padres algo más mayores y personas que ya superan la cuarentena, tienden a contratar dichas actividades una vez llegados al destino vacacional, bien ellos mismo o bien a través de agencias.
- Turismo en urbe: del mismo modo, las familias y las parejas tienden a contratar visitas guiadas y actividades como el citado enoturismo e incluso oleoturismo, que viene a ser similar pero con catas de aceite de oliva virgen extra. En el Centro de Interpretación Olivar y Aceite aseguran que han tenido que multiplicar el número de visitas diarias que ofrecen, sobre todo en puentes y festivos, para poder dar servicio a toda la demanda que tienen actualmente.
- Turismo de montaña: en este caso cambiamos el kayak por la tirolina o por el tiro con arco, pero la situación viene a ser similar a la que se aprecia en el turismo de mar con una salvedad, en este caso quienes pasan los 40 años (con salvedades) tienden a hacer más un turismo rural relajado con pocas actividades o ninguna. De hecho, en estos casos, suele predominar el senderismo o el paso a caballo por encima de cualquier otra actividad deportiva de montaña. Los más jóvenes sí se atreven con más experiencias y practican rafting, escalada, tirolina o descenso de barrancos entre otras.
Debido a ello son muchas las agencias que están saliendo de la nada, complicando un poco la competencia pero dando también trabajo a muchas personas que buscan una salida profesional en este sector, ya sea para aficionados, profesionales o simplemente para turistas que buscan hacer algo diferente.