No queremos pasar por el altar, pero sí oficializar nuestra unión

Juan Miguel y yo nos conocimos hace una década en la universidad y llevamos más de dos años viviendo juntos. A nuestros padres les dijimos que éramos compañeros de piso porque así gastábamos menos en todos los ámbitos y sentidos, aunque creo que se huelen algo… El hecho es que ya estamos hartos de escondernos y de no poder vivir nuestro amor a plena luz. ¡No hacemos nada de malo! Sólo somos dos hombres enamorados cansados de fingir. Con lo cual, hemos decidido oficializar nuestra unión pero sin pasar para ello por el altar. El despacho Trámites Fáciles Santander Abogados & Asesores, es el que se encargará de darle un marco legal a nuestra unión. ¡Pues sí! Hemos tomado la decisión de oficializar nuestra situación como pareja de hecho a través de una escritura pública que nos protegerá y amparará en caso de tener descendencia, en caso de querer comprar cualquier cosa en común, en caso de fallecimiento de uno de los dos, etcétera. Y bueno… aunque no nos atraiga el matrimonio, sí que queremos, sin embargo, ser otra cosa más que unos vulgares “amigos”. No sé cómo se lo tomarán nuestros padres, pero así son las cosas y ¡que sea lo que tenga que ser! En lo que se refiere a nuestro círculo de amigos íntimos, la verdad es que no ha habido ningún problema.

Para mis padres, mi felicidad fue siempre lo más importante

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Por la parte que me toca, creo que mis padres, pasado el primer tiempo de estupor (pues, tuve varias novietas antes), y después de explicarles a qué punto me siento feliz y a gusto con Juan Miguel, pienso que serán capaces de entenderlo porque para ellos mi felicidad ha sido siempre, al fin y al cabo, lo más importante. Me acuerdo por ejemplo de la vez en la que les anuncié que dejaba la carrera de derecho por la de letras. A mis padres no les hizo ninguna gracia, y menos tomando en cuenta que ya estaba en segundo año. No obstante, ante mis argumentos (me sentía mal, prisionero de algo que me asfixiaba cuando lo mío era el dulce cantar y sonar de las palabras, el dejar volar mi imaginación…) accedieron aunque les doliera. Les convencí de que era lo que verdaderamente había querido siempre estudiar pero que por temor a sentirme rechazado por ellos (para quienes estudiar letras no era una carrera seria ni con futuro) había optado, por satisfacerles, estudiar una carrera que a ellos les gustaba. ¡Pero había llegado a un punto que no aguantaba más! ¡Me agobiaba, moría!

En cuanto al padre de mi novio, no sé… La verdad es que el hombre impresiona bastante. Es muy alto, seco, con el pelo rapado, bigote y semblante excesivamente serio. La mujer, sin embargo, es rechonchona y sonriente, pero muy callada, siempre a la espera de los órdenes de su marido. Aunque ello no signifique nada… A menudo te llevas sorpresas con la gente. De todas formas, nosotros lo tenemos muy claro y la gente que piense lo que quiera y que hable todo lo que le dé la gana. Nosotros ya no nos importa todo ello, queremos vivir nuestra vida y aspirar a las mismas cosas que cualquier pareja enamorada. ¡Y ya está! Las cosas no nos van mal y estamos pensando en comprar casa e incluso en tener un hijo más en adelante. De siempre me han gustado los niños y estoy convencido de que seremos unos buenos padres y que le aportaremos a nuestro bebé todo el cariño que necesite y la seguridad de un hogar equilibrado para su bienestar. ¿Cuántos niños en efecto crecen en el seno de familias “normales” (heterosexuales) en las que carecen de todo? La felicidad de un niño nada tiene que ver con la orientación sexual de sus padres…

Por ello, y por todas las razones enumeradas más arriba, Juan Miguel y yo hemos decidido formalizar nuestro amor declarándonos pareja de hecho y protegiéndonos a través de una escritura pública que se realizará en el despacho de estos abogados en Santander, Trámites Fáciles Santander Abogados & Asesores. Tenemos cita pasado mañana y por lo demás: “que todo fluya y nada influya”. Lo más fuerte es el amor…

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