Reconozco que hay cosas que no todo el mundo es capaz de hacer. Por ejemplo, por muy hermoso que sea subir al Corcovado, en Brasil, y ver las vistas desde ahí arriba a los pies del gran Cristo, quien tenga vértigo lo tendrá más que complicado, y probablemente preferirá quedarse en la playa viendo el Corcovado desde lejos, y ya no hablemos de la idea de subir al Pan de Azúcar.
Del mismo modo, quien sea claustrofóbico tendrá otros problemas para visitar según qué sitios, como un búnker de la Segunda Guerra Mundial en Berlín o los calabozos de un antiguo castillo europeo medieval. Por eso, entiendo completamente, que haya personas que prefieran no oís hablar del buceo,